En una noche inolvidable, el Júnior de Barranquilla se coronó campeón del torneo profesional de fútbol colombiano y bordó en su escudo la estrella número once
El pueblo exaltó a su guerreros en la Ventana de Campeones, después de una caravana que recorrió parte del Malecón del Río
Por Guillo González/Kronos
El grito se originó en Ibagué el 16 de diciembre de 2025 a las 9 y 26 de la noche, retumbó en Barranquilla, recorrió toda la costa Caribe y se anidó en el fondo de los junioristas regados por Colombia y el mundo…¡Júnior Campeón!…¡Júnior Campeón!…¡Júnior Campeón!…

La anhelada estrella número once llegó para el amado equipo ‘Tiburón’, de la mano del técnico uruguayo Alfredo Arias y gracias a la calidad, la templanza y la jerarquía de un grupo de jugadores, que a pesar de tener algunos baches durante el torneo regular, supieron mantener un buen nivel y afrontar la recta final del campeonato de manera casi impecable y alcanzar el título de monarca del rentado nacional de manera inobjetable.

En todos los rincones de la ciudad fanáticos rojiblancos de todas las edades y condición social celebraron jubilosos un triunfo que supo a gloria, a satisfacción total y superioridad en momentos donde en el resto del país futbolístico se daba por contado que el conjunto de sus amores sería inferior a sus rivales, primero en el cuadrangular semifinal y después en la instancia final ante un favorito Deportes Tolima.

El juniorismo reunido expectante y optimista se dio cita en casas, apartamentos, calles, estaderos, tiendas y cualquier lugar adecuado para disfrutar los últimos minutos de una campaña en donde el plantel barranquillero mostró que podía, pese a las dificultades y circunstancias adversas en determinados momentos, llegar a la final y alzarse con el trofeo de campeón colombiano…y así fue.

Una final para enmarcar
La noche, sin embargo, resultó mejor de lo que los hinchas esperaban, gracias al buen planteamiento del timonel ‘Charrúa’ y a la interpretación y mejor puesta en escena de los jugadores que supieron entender y manejar el encuentro con tranquilidad y suficiencia.

Incluso, los de Barranquilla aumentaron la ventaja con otro gol de la gran figura del equipo durante la fase final del torneo, José Enamorado, quien, a pase quirúrgicamente trazado de Yimmi Chará, decretó un cuatro por cero, prácticamente inalcanzable para los ibaguereños.

El extremo soledeño fue una pesadilla para los recios pero lentos defensores ‘Pijaos’. Los dirigidos por Lucas González lo sufrieron durante los 180 minutos de la final y el veloz atacante terminó marcándoles tres goles y haciéndolos ver muy mal.

Barranquilla sigue celebrando
La celebración después del pitazo final del resistido y criticado árbitro Andrés Rojas se extendió por una ciudad ávida de alegrías y que ha aprendido a disfrutar de triunfos y también de derrotas. Juegos artificiales, cerveza al aire, maicena en rostros que exudaban felicidad y muchas expresiones de entusiasmo se tomaron la noche, en medio de caravanas interminables de automóviles, motocicletas y hasta bicicletas creativamente adornadas para la ocasión.

En la capital tolimense, mientras tanto, los jugadores del cuadro caribeño celebraban intensamente y acto seguido preparaban su regreso a casa donde fueron esperados, recibidos, escoltados y felicitados por su afición agradecida y feliz, que al filo de la madrugada recompensó a sus héroes con cánticos y gritos de victoria.

Pero el jolgorio no paró ahí, puesto que, en horas de la tarde del miércoles 17 de diciembre, una caravana triunfal recorrió las calles entre el hotel de concentración del equipo y el Gran Malecón del Río en donde, de nuevo una multitud exaltó la victoria del equipo en el concierto futbolístico local.

Como para hacer más significativo el momento, algunos hinchas veteranos, destacaron que hace 45 años, un 17 de diciembre de 1980, Junior conquistaba su segundo título como campeón en Colombia, bajo el mando de un legendario Juan Ramón ‘La Bruja’ Verón, que oficiaba como técnico y jugador.

La Ventana de Campeones, el monumento edificado para albergar la historia del Júnior fue testigo nuevamente de la comunión entre jugadores, directivos y aficionados del equipo que no solo representa a Barranquilla, sino que también identifica a gran parte de la costa Caribe colombiana.

La llegada del equipo fue emotiva, intensa e impactante, miles de hinchas gritaron hasta el cansancio ovacionando a sus ídolos y recompensando con su alegría, el esfuerzo de los nuevos campeones del fútbol nacional, la ceremonia fue sentida y corta pero el abrazo en que se fundieron la hinchada y los triunfadores, fue eterno.
En esos momentos y durante el resto del año el juniorismo disfrutará, los jugadores irán a vacaciones y los encargados del equipo, a planificar lo que viene, de cara al próximo torneo y a los certámenes internacionales que el plantel barranquillero afrontará en el 2026…pero por ahora, por lo pronto…¡Salud Campeones!







