Raza, folclor y bullerengue

La historia de un grupo folclórico que representa al Atlántico en festivales nacionales

Por: Guillo González/Kronos

“Llooooraa, como yo lloreeeeeé…me llevaron preso mamacita por usteeeé” …, las voces resuenan como quejidos lastimeros que viajan por el aire sin destino, pero justo, entonces, los golpes de tambores salen a su encuentro para darles consuelo, en una simbiosis armónica que eriza la piel de los que tienen el privilegio de escucharlos…, ese ritmo, hipnótico y emocionante es el bullerengue.

Mientras los tambores, las maracas y las voces invitan a amigos, vecinos y personas que pasan por el lugar, a colaborar con la causa, varios jóvenes bailan de manera particular, con movimientos coordinados que los acercan y alejan con sutileza, al compás de la música.

William Niño, uno de los fundadores del grupo. Foto Guillo González/Kronos

Las mujeres, en medio de su danzar, azuzan al tamborero y este se esmera por complacerlas aumentando el ritmo y llevando al colectivo a un frenesí musical único, que domina el ambiente y contagia a los presentes.

La escena se vive en el parqueadero del estadio Edgar Rentería, en pleno corazón del barrio Montecristo, en donde los integrantes del Grupo Folclórico Raza y Folclor han realizado varias actividades que les permitan recoger fondos para asistir a festivales de bullerengue a nivel nacional.

Los integrantes del grupo mostraron su talento durante la rueda de tambores. Foto Guillo González/Kronos

Viven para cantar, tocar y bailar

Raza y Folclor, fue fundado hace 20 años por William Niño y Zuny Pérez y hoy es dirigido por su hijo Camilo Niño, quien tomó la batuta desde hace dos años, reuniendo a 20 jóvenes en un conjunto armónico, solidario y sinérgico, en donde cualquiera puede interpretar varios roles.

La agrupación folclórica nació con el fin de ayudar a preservar y transmitir las tradiciones del Caribe, a través de ritmos musicales como el bullerengue, en el cual se enfocaron después de interpretar en sus comienzos, diversos aires.

Los tambores marcan el ritmo en la interpretación del género. Foto Guillo González/Kronos

Ensayan dos veces por semana, con disciplina y constancia en Montecristo o Barrio Abajo y han participado de diversos festivales, como el de María La Baja, en los años 2022 y 2023, donde ocuparon el tercer lugar y su director obtuvo el reconocimiento como mejor tamborero, mientras que Valeria Butrón, una de sus cantantes fue reconocida como la Mejor Voz del festival.

También estuvieron en el Festival de Necoclí, Antioquía, en el año 2023, donde obtuvieron el premio a la Mejor Canción Inédita y adonde esperan volver este año.

Han participado en eventos como la Noche del Río, evento del Carnaval de Barranquilla, destacándose por su contagiante energía y el talento de sus integrantes para cantar, danzar y tocar un ritmo tradicional y valioso culturalmente como lo es el bullerengue.

La sensualidad en las parejas danzantes es una de las características del baile. Foto Guillo González/Kronos

Actividades para viajar

Asistir a los diversos festivales nacionales que se realizan en el país no es fácil para un grupo numeroso como lo es Raza y Folclor, por eso, deben hacer actividades que les ayuden a reunir dinero y costear sus viajes. “Los organizadores de los eventos por lo general nos dan el hospedaje y la alimentación, pero a nosotros nos toca buscar la manera de movilizarnos, así que siempre estamos haciendo cosas, en donde además de recoger fondos podamos mostrar algo de lo que hacemos”, comenta William Niño, fundador del grupo.

Las actividades gastronómicas proveen algunos fondos para los gastos de viaje. Foto Oscar Berrocal/Kronos

Una Rueda de Tambores y un sancochotón fue la última actividad que llevaron a cabo, ofreciendo diversas comidas como sancochos, arroces, chuzos, pasabocas y bebidas a los asistentes, mientras amenizaban la tarde cantando y bailando temas del ritmo que los identifica.

“La idea era que llegaran familias, grupos de amigos y todo el que quisiera pasar una tarde agradable de música en vivo y  buena sazón, comiendo y disfrutando de nuestras interpretaciones musicales, en especial, del bullerengue que es nuestro aire musical insigne”, apuntó Camilo Niño, director del colectivo, y agregó sobre el evento y su finalidad, “La idea es tener lo suficiente para viajar a Necoclí, al festival que se realizará en los próximos días y representar con orgullo a nuestro departamento”.

Los invitados a las actividades se contagian de los temas que interpreta el grupo. Foto Oscar Berrocal/Kronos

El bullerengue, un legado de lucha y libertad

“El Bullerengue es un ritmo musical, cantado y bailado, legado de los esclavos africanos que llegaron a Colombia y parte de América, como una expresión de vida y esperanza, y en el caribe, se ha mantenido la tradición, gracias a poblaciones como Palenque, Puerto Escondido, María La Baja y otras donde han surgido sus grandes exponentes, aprendiendo generacionalmente”, manifiesta Camilo sobre el ritmo que los atrapó.

Los integrantes de Raza y Folclor se destacan por la versatilidad para cantar, bailar y tocar instrumentos. Foto Guillo González/Kronos

El Bullerengue está compuesto por varios ritmos, como el Pajarito o fandango de lenguas, la Chalupa, el porro o chalupa porriá y el bullerengue sentao y en todos ellos el pulso lo marcan los tamboreros, a través de sus golpes sobre el tambor hembra o alegre y un tambor macho o llamador, marcando el ritmo para las danzantes. En cuanto al canto, la guía es una voz líder y su canto se basa en la narración de historias a través de décimas o líneas fragmentadas.

La más reciente participación del grupo fue en el festival de Puerto Escondido, Córdoba, uno de los más tradicionales del país y que no se pudo realizar en el 2023 por un evento sísmico que obligó a la evacuación de parte de la población y ahora, esperan repetir su exitosa actuación, en tierras antioqueñas, mostrando su talento y sobre todo la pasión que sienten por el bullerengue.

Intervención del grupo durante las jornadas para recoger fondos y sustentar sus viajes a festivales de bullerengue en el país.