
Kronocinéfilos es un espacio para que los amantes del cine conversemos y opinemos sobre las películas de moda, las que hicieron historia, las que nos han gustado mucho y las que no tanto y recomendemos títulos, para disfrutar como niños de la magia que produce el mundo cinematográfico.
En esta primera columna analizamos la nueva historia proveniente del universo Marvel, que se muestra como un faro de ayuda en medio de la oscuridad
Por: El Búho kronista

Si esperas encontrarte con una típica película de superhéroes te vas a llevar una sorpresa, mayúscula, bueno, al principio esa será seguramente la impresión.
Los Thunderbolts*, son todo lo contrario a lo que se espera de un superhumano que ayuda a la gente normal y la cinta en sí es un irónico retrato de los sentimientos más oscuros de la humanidad: egoísmo, desesperanza, abandono, fracaso, entre muchos otros, todo girando alrededor de personajes traumados y de pasado turbulento, cortos de espíritu y con pocas ganas de redención.

Si, ese es el panorama inicial en un filme de formas mas bien rústicas, aunque efectivas, pero con un fondo hermosamente delineado y con un objetivo claro y conciso.
Sin ánimo de hacer spoiler, porque no es el fin que perseguimos con esta columna, solo les diré que ir a verla vale la pena. Ese objetivo, tan bien definido, que les menciono, es todo lo que está bien al final, para los que en algún momento hemos sentido el terror de la soledad.

El abrazo de la oscuridad
El ritmo de la película lo llevan los particulares protagonistas, como un laúd a cuestas, como si les pesara y no los dejara avanzar, pero el brillante y sorpresivo giro de uno de ellos, marca el sendero para que avance y termine dejándonos al final, una sonrisa en los labios.

No es fácil retratar algo tan complejo como la oscuridad humana, sin embargo, el director pone esa misión en las fallas de cada uno de los miembros de tan disímil grupo de antihéroes, logrando develar su mensaje a través suyo.
Hay una escena clave para entender lo que pretende decirnos, y una frase que retumba en el resto de la cinta…” No estás solo” … tres palabras que pueden evitar tragedias, pérdidas irreparables y cambiar el destino de muchas personas, sobre todo, cuando se dicen a tiempo.

La oscuridad suele abrazar sin aviso, sin pretensiones, solo llega y hace, y marca como el hierro al ganado, sin embargo, cuando una mano amiga, una palabra, una frase, un gesto de bondad aparece, esa penumbra se desvanece y el reinicio suele traer recompensas ante el sufrir.
Como les dije, el mensaje es claro, bien trabajado y más que oportuno en un mundo y una sociedad que sufre irreparables daños, sobre todo en nuestra niñez y juventud, tan necesitadas de guías y protección.

Otros valores y algo de diversión
Trabajo en equipo, liderazgo, solidaridad, apoyo…bondad y al final sacrificio, salen a flote cuando los personajes deciden asumir el reto de cambiar, de hacer algo, aún a costa de sus propias vidas y terminan regalándonos una de las mejores películas de héroes no convencionales que se haya podido rodar.

En cuanto a aspectos técnicos y humanos, bueno, tiene de todo, grandes efectos, musicalización ideal, estremecedora y efectiva, un color que va de acuerdo con el aura de la película, diálogos precisos y adecuados, aunque sin muchas pretensiones, pero si buenas actuaciones y un guion que empatiza rápidamente con el espectador.
En síntesis, los Thunderbolts*, así con asterisco (debido a su inevitable cambio de nombre), no pasa inadvertida en medio del prolongado silencio de los Vengadores y durante el cual, el universo Marvel saca producciones con sus posibles reemplazos, pero se notó (y se agradece), que aprovecharon la oportunidad para impactar positivamente en temas tan sensibles como la depresión, la salud mental y la unidad familiar.

Y tú, ¿Qué esperas para ir a verla?, ve a cine y me cuentas.